Namaste. Conoces la palabra. Lo has oído antes. Casi siempre piensas “yoga” cuando escuchas la palabra, Namaste. Pero, ¿qué significa, en realidad?

En un sentido muy literal, Namaste significa, "Me inclino ante ti". es una forma de namaskar, que en muchas partes de la India y otras áreas circundantes, se usa como saludo y despedida, saludo y despedida y significa, "Me inclino ante tu forma". La diferencia entre Namaste y namaskar se encuentra principalmente en la etimología y la geografía. En su mayor parte, son intercambiables; sin embargo, hay una diferencia sutil.

Primero, antes de profundizar en la diferencia, es importante entender la primera parte, “Me inclino”. En el yoga (y en muchas culturas, religiones, historias, etc.), reconocemos que todos estamos conectados entre nosotros. Entendemos que, en el fondo, todos somos la misma sustancia con quizás patrones únicos. Independientemente de sus creencias espirituales particulares, reconocemos que todos tenemos bondad y que somos descendientes vivos de un universo creativo. Entonces, nos inclinamos por respeto mutuo y por reverencia al agente de la creación; la belleza de todo lo que nos rodea, desde la mota de tierra hasta el brillo de la estrella más lejana.

Entonces, la diferencia entre namaskar y namaste es que estamos diciendo “Me inclino ante Usted” cuando decimos Namaste (el 'te' cambia la conjugación a 'tú'). No es solo la forma de una persona como ser humano lo que merece respeto y adoración; es su alma o ser, lo que los hace exclusivamente ellos. Vemos y aceptamos a esa persona tal como es en este momento presente. Otros lo han dicho como la luz que vemos en la otra persona.  La luz en mí ve la luz en ti. Estamos juntos en esto, unidos como una sola formación, pero distintos como individuos.

El poder de Namaste es increíble ya que estamos dando nuestros más profundos saludos y estamos exponiendo nuestra vulnerabilidad, por así decirlo. En cada clase de yoga para niños que enseño, hablamos sobre lo importante que es tratarse con amor y consideración; es parte de la enseñanza del karma. Una de las formas de ofrecernos desinteresadamente es saludarnos y reconocernos en la verdad. Esto es Namasté. Los niños sienten un gran sentido de orgullo y estima cuando aprenden sobre Namaste. Algo bueno también: al final de cada clase, siempre juntamos nuestras manos, al nivel del corazón (después de todo, ¡nuestro corazón alberga sentimientos!) y nos inclinamos ante cada persona, diciendo Namaste. No solo se divierten diciendo Namaste muy rápido mientras se inclinan ante todos rápidamente, sino que comienzan a ver verdaderamente la luz en sus compañeros humanos.